Por Oswaldo Ceballos

Durante la fase de grupos del mundial de Brasil 2014, mexicanos y croatas se verían las caras en un duelo fundamental para buscar los octavos de final, algunos jugadores del país europeo menospreciaron a la selección mexicana de una manera que hasta parecían insultos.

Los tricolores no lo tomaron a bien y decidieron hablar en donde se debe hablar, en el terreno de juego.

Una repasada de los mexicanos a una selección croata que se regresaba a casa con la boca cerrada y desde la primera ronda. Tres goles por uno, el marcador a favor de México.

Pero a partir de allí, ¿qué ha pasado con estas dos selecciones?

México fue eliminado en ese mundial por Países Bajos 2-1 en octavos de final, sí, los “malditos” octavos de final. Luego en 2018, México dio dos buenos primeros juegos en grupos y de ahí se cayó en picada hasta perder otra vez en octavos ahora contra Brasil 2-0.

Y luego, la pesadilla que se vivió en Qatar 2022, México fuera en fase de grupos.

Croacia, en cambio, aprendió de lo que pasó en Brasil 2014 y se convirtió en la máxima sorpresa del mundial de Rusia 2018, mostró un fútbol compacto, certero, que le dio la potencia suficiente para lograr avanzar hasta la final donde cayó en contra de Francia. Los croatas se convirtieron en subcampeones del mundo.

Y ahora, cuatro años después, Croacia se encuentra en estos momentos en semifinales, la antesala de disputar otra vez el título, eliminando al máximo favorito del mundo del fútbol, Brasil, y logrando esto sin encerrarse, sin replegarse cobardemente atrás, defendiendo bien con disciplina y atacando de forma inteligente.

La escuela yugoslava, presente en la sangre de los croatas. De hecho, si Yugoslavia no hubiese tenido todos esos problemas políticos, sociales y territoriales, no dudo que ya tendría un campeonato del mundo desde hace muchos años.

Mención muy especial al entrenador de Croacia, después del 2014, en el banquillo se sentó Ante Cacic, luego del despido de Niko Kovac. Para el 2017, asumió el cargo Zlatko Dalic, el artífice de esta esencia, del rescate del fútbol yugoslavo.

Las comparaciones nunca son buenas, pero en el fútbol es lo que más existe, así que, mientras México se agiganta contra equipos caribeños y se hace minúsculo en la Copa del Mundo, Croacia trabaja y no deja de trabajar para seguir compitiendo.

Por cierto, los paleros de la selección, esos que toman micrófonos en las mesas de debates para echar porras, no deberían nunca comparar las ligas caseras tanto de México como de Croacia.

México con toda su infraestructura no le alcanza para tener una selección en categorías mayores que al menos, se dé a respetar en el fútbol mundial. Ojalá esto cambie pronto, por el momento solo queda ver cómo cambió todo desde aquél juego en Arena Pernambuco entre México y Croacia.

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