“Si alguna vez me viste arrastrándome entre cuerpos, fue por la nauseabunda mezcla de dolor y odio… Acuérdate que las ratas no tienen alas”. Saúl Hernández

Por: Oswaldo Ceballos

El PRI, PAN y PRD tuvieron una alianza ilógica, que traicionaba los “valores e ideales” de cada uno de estos partidos; decidieron unirse para combatir la intimidante maquinaria morenista que utiliza todo recurso posible para doblegar adversarios.

Y a MORENA le ha dado frutos, la genuflexión de Alito Moreno se ha mostrado hacia el partido que hoy está en el poder.

Alito se exhibía como un “líder opositor” pero que a base de audios y amenazas de denuncias penales se fue apaciguando a tal grado de que fue domesticado el máximo jerarca del PRI a nivel nacional.

Ante tal cambio de actitud queda claro que sí tiene cola que le pisen, que las denuncias penales que amagan con caer en su contra tienen mucho fundamento y él lo sabe.

Bueno, aunque no hubiese fundamento legal de todos modos han encontrado las “formas”.

Les ha funcionado tan bien el movimiento a MORENA, que ha provocado ya la ruptura en abierto entre Miguel Ángel Osorio Chong y Alito, pidiendo el primero que el diputado federal priista le sea retirada la membresía como integrante de tan triste partido político.

Y hablando de tristezas, las caras de los integrantes de la bancada federal priista en el Congreso de la Unión cuando deben salir para arropar a su líder en los últimos discursos, muchos aprietan los dientes, otros quisieran usar una bolsa de papel en la cara para ocultar la vergüenza que les provoca semejante cambio en su otrora líder opositor.

El PAN por su parte, se muestra indignado ante la genuflexión de Alito, pero a modo de ser sinceros ¿acaso les ha beneficiado la alianza? ¿cuánto han ganado juntos? Sinceramente poco y a la vez nada.

Así las cosas, si de por sí tenía todo a su alcance ahora el camino se despeja todavía más para el partido que está en el poder.

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