Por: Oswaldo Ceballos
La crítica es parte del mundo político, es incluso necesaria siempre y cuando sea sobre el actuar del funcionario; por otro lado, el tema personal es eso, el ambiente privado que debe ser respetado sí o sí.
Cuando ya trasgreden e involucran las vidas privadas de cualquier persona, caen muy bajo, el nivel de debate se derrumba y el argumento es muy básico. Esas publicaciones hablan más de quien las escribe que de la persona a quien se refieren.
A Joana Marlen Bautista Flores, directora administrativa en el Poder Judicial de Veracruz le han publicado a sus hijas, con dolo, con mala sangre y eso no se vale.
Aquí debe ser un ejemplo para las redes sociales, lo que no se debe hacer ni permitir, empero, estas plataformas se preocupan más en prohibirte que no le mientes la madre a alguien porque si no, te censuran.
La familia es una parte sagrada en todos, podré no estar nada de acuerdo con muchos personajes de la vida pública y política de mi país y del mundo entero, pero ya de ahí a exhibir a un familiar (peor aún, a un niño), ya dista de todo lo que un comunicador debe hacer, y no solo los medios de comunicación, todos quienes tienen un perfil en redes sociales.
De Joana, puedo decir que tengo el gusto de conocerle desde hace varios años en mi paso por su natal Martínez de la Torre, desde que supe en su andar por la política me ha dado gusto verla activa y comprometida en lo que quiere hacer.
Y no, no tienen que ver los colores y las ideologías políticas, lo mismo diré si se trata de un azul, rojo o amarillo. Lo importante es defender a quienes menos la deben y en estos casos se trata de menores de edad que, repito, con mala sangre son exhibidos; así que ya basta de esos atropellos que a muchos les da risa y eso demuestra su paupérrima capacidad intelectual.
La solidaridad es con Joana, con sus hijas, su esposo y con todas aquellas mujeres que son atacadas cobardemente en redes sociales sin que sepamos el contexto de las situaciones. Ya basta.
Twitter: @valdoceballosf